Como todos los días, fue el último en sentarse para almorzar. Como todos los días, se sentó en el lugar que tenía asignado: entre el padre y la hermana. Como todos los días, utilizó el cuchillo y el tenedor a modo de elementos de percusión. Sus padres y su hermana, una vez más, oyeron con placer aquellos sonidos. Ninguno de los tres lo vio.
Muy bueno, Leo. Final sorpresa, pero nunca sacado de la manga.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Manolo!
EliminarQué bueno que te haya gustado.
Nos seguiremos leyendo, como siempre.
Un abrazo.
Me agrada que coincidamos en temática esta semana, Leo.
ResponderEliminarMe gusta tu forma de plasmar esa ausencia, ya desde el título, que apuesta por su contrario.
Un abrazo,
Es cierto, Pedro. Son ideas muy similares pero con títulos que se contraponen (y se complementan).
EliminarGracias por pasar y comentar.
Un abrazo.
Me gustó mucho lo sutil del relato y cómo la reacción de la familia es tranquila y pacífica. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias, Melvin.
EliminarSí, creo que eso es lo que hace a la fuerza de este texto: la naturalización de lo sobrenatural.
Gracias por la visita.
Abrazo!
Sesiones espiritistas a la hora del almuerzo pueden no ser aptas para una adecuada digestión.
ResponderEliminarSaludos
Jajaja!
EliminarSeguramente algún retorcijón se habrán llevado.
Gracias por pasar, Alejo.
Saludos, Leo, te comunico que escogí tu blog como uno de mis favoritos en la iniciativa Liebster Blog. En mi última entrada aparece una reseña y las instrucciones sobre cómo ahora tú puedes reseñar cinco blogs que te gusten.
ResponderEliminarGracias, Melvin!
ResponderEliminarQué linda sorpresa.
Ya voy a poner manos a la obra para elegir los míos.
Un abrazo grande!!
Primero me inquietó el dato del cuchillo, pensé que rumbearía para otro lado. Por eso me gustó la sorpresa del final.
ResponderEliminarBeso
Gracias, Giselle!
ResponderEliminarNo se me había ocurrido agarrar por el lado del cuchillo pero no es una mala idea para hacerle una versión.
Nos seguimos leyendo!
Beso.
Impresionante final el que le has dado a este relato. Enhorabuena
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Gracias, Fus, por tu comentario. Y bienvenido por acá.
EliminarUn gran abrazo!
Como ya te he comentado en el Vendaval, me gustó mucho tu relato. Ese final me pareció nada sobrenatural, sino de lo más normal.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi mar,
Gracias, Yashira!
EliminarCreo que eso es lo que más atrae de la literatura fantástica: cuando logra que lo cotidiano y lo extraño convivan con naturalidad, que los vaivenes de uno al otro sean más parecidos a los giros sutiles de la cinta de Möbius que a portales sobreseñalizados.
Gracias por pasar y por comentar, tanto acá como en el Vendaval.
Un abrazo.