Hoy me llamó Pedro. Temblé al oír su voz: me llama cada tantos años, siempre para informarme que ha muerto uno de los del grupo de amigos de la escuela.
Empezó con su frase de protocolo habitual y en la segunda oración pronunció, como siempre, el nombre del que ya no está. Esta vez, fue el mío.
Ahjhjhj
ResponderEliminar:-)
EliminarImpactante.Muy bueno.
ResponderEliminarQué bueno que impacte.
Eliminar:-)
Muchas gracias, Marylena!
¿Premonición? Qué fuerte.
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