El editor quedó fascinado con la novela pero, como condición para publicarla, le exigió a la autora usar un pseudónimo masculino, argumentando que los lectores no se interesarían por un libro escrito por una mujer. Dulcinea del Toboso, entonces, firmó el libro con el primer nombre que se le ocurrió.
Estoy necesito inspiración, entonces yo navegué el Internet y encontré tu blog. Leí su artículo, y wow realmente me inspiro en absoluto. Gracias por compartir esta información interesante como
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarEs muy lindo saber que un texto mío puede inspirar a alguien.
Saludos.
Wow. Me encantó este. ¿Y si fue así en realidad? Tantas mujeres anónimas deben haber en la historia, y nunca lo sabremos.
ResponderEliminarUn saludo!
Muchas gracias, Sofi!
EliminarY..., es una posibilidad. Cuántxs de lxs escritorxs clásicxs, de antes del Siglo XX, fueron mujeres? Quizá puede haber habido algún caso así.
De todos modos, yo me lo planteé no sólo desde ese lugar (que no es inocente, sino concientemente elegidala frase de "los lectores no se interesarían por un libro escrito por una mujer", como una forma de poner el tema sobre la mesa), sino también desde la idea lúdica de que haya sido Dulcinea quien se haya inventado un enamorado, loco y valiente, para sí misma.
Gracias por tu comentario. Abrazo va.